Es creencia popular pensar que la
nariz caliente significa siempre que el gato o el perro tiene fiebre. Lo cierto
es que hay muchas razones por las cuales la nariz de su mascota puede estar ligeramente
caliente e incluso levemente seca sin que sea necesariamente un signo de
enfermedad.
La temperatura de la trufa o nariz depende en gran medida de la
temperatura ambiental. También debemos recordar que la temperatura normal de
nuestras mascotas oscila entre 38 y 39 grados, por encima de la nuestra.
Por otro lado, lo más habitual es
que la nariz esté húmeda gracias a la saliva que deposita el animal en ella al
pasarse la lengua, además de por las lágrimas que descienden desde los ojos
hasta la trufa por los conductos nasolacrimales.
Sin embargo, sí que es cierto que
debemos prestar cierta atención al aspecto de la trufa. En un animal sano la
nariz no gotea, ni presenta costras, grietas, heridas o secreciones. Estos
hallazgos pueden ser indicativos de infecciones u otros problemas médicos, por
lo que si su mascota presenta alguno de ellos, no dude en llevarle al
veterinario.