viernes, 28 de diciembre de 2012

Mitos o falsas creencias I


Es bueno que mi perro coma hierba, lo hace para "purgarse"...Falso. Los perros pueden comer hierba por juego, por llamar la atención, porque les gusta un determinado sabor...en cualquier caso el perro no digiere la hierba; le irritará el estómago y con mucha probabilidad podrá vomitar, que no es lo mismo que "purgarse" y en cualquier caso los vómitos no son algo deseable. Además muchas veces la hierba está tratada con abonos, pesticidas...que pueden provocar importantes intoxicaciones. Evita que tu perro tenga ese hábito.

Mi perro muerde la pared porque le faltan minerales...Y si le da por morder zapatillas o muebles, ¿qué nutriente le falta? Cuando ocurre esto hay que pensar que nos encontramos ante un trastorno del comportamiento, como una "manía", que deberemos corregir con pautas de modificación de conducta.

Los perros en los pueblos siempre han comido huesos y no les ha pasado nada...O no se enteraba nadie de que el perro lo pasaba fatal o se moría, o no les importaba, o sencillamente el Ángel de la Guarda Perruno hacía horas extra. El perro no digiere los huesos y son múltiples los problemas que le pueden ocasionar: astillas clavadas en garganta, gastroenteritis, obstrucciones digestivas, estreñimiento severo por impactación intestinal, perforaciones intestinales con peritonitis y muerte...Huesos no, por favor; es como jugar con un arma a la ruleta rusa.

No importa que mi mascota se lama la herida porque así se cura...Si bien es cierto que la saliva contiene ciertas proteínas antimicrobianas como la lisozima, también es vehículo de bacterias e incluso parásitos. Los hábitos higiénicos de los perros o los gatos no son siempre los más deseables (a veces consideran "comestibles" cosas que realmente ni se aproximan a serlo, como las heces de otros animales), además de que el roce persistente de una herida con la lengua no es lo más apropiado para su curación. Si queremos que una herida se cure lo antes posible, usemos el tratamiento prescrito por nuestro veterinario e impidamos su lamido.

Me da miedo esterilizar a mi mascota porque le cambiará el carácter...La esterilización de nuestro animal de compañía sólo le modificará la conducta en lo que a comportamiento sexual se refiere: en el caso de las hembras dejarán de tener celos (las gatas tienen celos más frecuentes y de mayor duración que las perras y todo el estrés que suponen desaparecerá tras la cirugía); los machos dejarán de "buscar" a las hembras cada vez que haya feromonas flotando en el aire...Está demostrado que la esterilización de perros y gatos aumenta su esperanza de vida al reducir la incidencia de determinadas enfermedades, elimina la ansiedad de los celos y puede hacer a tu mascota más sociable.

Todas las hembras deberían al menos tener una camada...¿Por qué? No hay relación entre gestación y lactación con una menor incidencia de patologías ni se relaciona tampoco con un mejor desarrollo psicológico de la hembra. Sin embargo sí existe relación entre esterilización temprana y menor desarrollo de tumores de mama. Si tu perra padece pseudogestaciones o "embarazos psicológicos" no desaparecerán con una gestación real sino con la esterilización. Vivir la gestación de tu mascota es una experiencia inolvidable que hay que planificar con sentido común. Resulta cruel dejar a una madre de golpe sin sus cachorros.

Continuará...




miércoles, 26 de diciembre de 2012



La Displasia de Cadera es una patología que preocupa a muchos propietarios de perros, sobre todo de razas grandes, por las graves consecuencias que conlleva en la movilidad de sus mascotas.


La Displasia de Cadera es una enfermedad articular que consiste en una conformación anormal de la articulación coxofemoral (articulación de la cadera).
Es una patología hereditaria pero no congénita. ¿Qué quiere decir esto? Significa que es una enfermedad que se transmite genéticamente de padres a hijos (hereditaria) pero que no se manifiesta en el momento del nacimiento (no es congénita); el cachorro nace con las caderas normales pero las anomalías aparecerán durante el crecimiento y desarrollo del perro.

Se desconoce la causa concreta que la produce pero lo que sí se sabe es que es una enfermedad multifactorial: hay diferentes elementos que influyen sobre su desarrollo. Estos factores pueden ser la alimentación (una dieta muy energética es perjudicial) y el ejercicio (la obesidad y el ejercicio exagerado no son deseados). Está asociada a desequilibrios entre el desarrollo de la musculatura y un crecimiento rápido del esqueleto.
En la displasia se produce una deformación de la cabeza del fémur y/o del acetábulo, la oquedad de la cadera donde articula la cabeza femoral, lo que conlleva a que no encajen perfectamente. Y esta imperfección articular es la causa del problema; la laxitud e inestabilidad de la articulación originará roces entre las estructuras óseas lo que desembocará con el tiempo en una degeneración articular, inflamación, lesiones de los cartílagos articulares, pequeñas fracturas óseas (osteofitos) y luxaciones (todos ellos procesos bastante dolorosos). Finalmente el perro padecerá artrosis (en mayor o menor medida) pudiendo comprometer la movilidad del animal  e incluso en casos graves desembocando en la tan dura decisión de eutanasiar al animal.
Contrariamente a lo que la mayoría de la gente cree, la displasia de cadera no solo la padecen las razas grandes como el San Bernardo, Rottweiler, Labrador Retriever, Pastor Alemán, Golden Retriever, Mastín etc..., sino que también se presenta (y cada vez más) en razas medianas como el Cocker o el Epagneul Bretón entre otros.

La sintomatología dependerá de la gravedad del proceso, edad y tamaño del perro. Los síntomas incluyen desde diversos grados de cojera hasta dificultad para moverse y sobre todo para levantarse; empeoran después del ejercicio y cuando el perro sobrecarga las extremidades posteriores (p. ej. al subir escaleras).

El diagnóstico se realiza mediante radiografía de cadera, bajo anestesia o sedación profunda. Esta radiografía diagnóstica se puede realizar a partir de los 6 meses de edad. Actualmente existe una técnica radiográfica llamada de distracción o Penn-Hip que adelanta la edad de diagnóstico a los 4 meses. Es importante saber que para realizar una radiografía de displasia de cadera no hay que esperar a que aparezcan los síntomas; puede hacerse para descartar la enfermedad.

En el Labrador desde las primeras semanas de vida disponemos además de otra técnica de diagnóstico. Esta tecnología permite, a partir de una simple muestra de sangre, obtener el ADN del perro y analizar los marcadores genéticos de interés asociados a Displasia de cadera, determinando así la predisposición genética de un Labrador Retriever de raza pura a desarrollar esta enfermedad. Con la información obtenida  se pueden identificar por un lado los perros con una alta probabilidad de estar libres de displasia de cadera (se les podrá seleccionar como reproductores), y por otro, los perros con una alta predisposición a desarrollar displasia. En este segundo caso podremos establecer un calendario óptimo de seguimiento que permita tomar medidas preventivas para retardar el progreso de la patología.


El tratamiento se debe evaluar en cada caso de forma individual, y dependerá de la gravedad de los síntomas, el grado de alteración radiográfica, la edad del animal, la raza y tamaño del perro y su estilo de vida. Con estos datos, podremos recomendar el tipo de tratamiento, que será médico, quirúrgico o una mezcla de ambos.
Actualmente disponemos de algunas “armas” para prevenir o minimizar los síntomas de la displasia, tales como condroprotectores (ayudan a proteger el cartílago articular de los microtraumatismos que se producen en una cadera displásica), piensos de gama alta (muy importante alimentar a nuestras mascotas con este tipo de piensos pues están formulados minuciosamente para aportar la cantidad de energía necesaria según la raza o tamaño del perro). También existen piensos ideados exclusivamente para  el tratamiento de esta patología o de cualquier otra patología articular.






sábado, 22 de diciembre de 2012



Desde el Ayuntamiento de Madrid nos ofrecen este sencillo cuestionario para reflexionar si realmente queremos o podemos tener un perro o si vamos a adquirir o adoptar uno simplemente por un capricho pasajero.

¿Es consciente de que el cachorro que ahora tiene en sus manos va a crecer, se hará adulto y le tendrá que educar y, quizás, ya no le resulte tan “mono”?
SI NO
¿Tiene suficiente tiempo libre para atenderle correctamente, sacarle a pasear, etc?
SI NO
¿Todos los miembros de su familia están de acuerdo en tener un animal en casa?
SI NO
¿Sabe que cuando llegan las vacaciones también hay que contar con el animal y, quizás, no pueda ir a sitios que antes podía?
SI NO
¿Es realmente consciente de la responsabilidad que asume, así como de que un animal necesita cuidados, que puede enfermar y necesitar atención veterinaria y que deberá asumir los costes que ello implica?
SI NO
SI SE HA RESPONDIDO “SI” A TODAS LAS CUESTIONES :
“ ENHORABUENA, VD PUEDE SER UN MAGNIFICO PROPIETARIO”
SI SE HA RESPONDIDO AL MENOS “NO” A UNA DE ELLAS, O HA TITUBEADO AL RESPONDER:
“ QUIZÁS EL MOMENTO ACTUAL NO ES EL MÁS ADECUADO PARA TENER UN ANIMAL, PIÉNSELO BIEN ANTES DE DECIDIRSE, TIENE QUE ESTAR COMPLETAMENTE SEGURO”

miércoles, 12 de diciembre de 2012


Una hemivértebra es una malformación congénita que afecta principalmente a razas pequeñas braquicéfalas como Bulldog Francés e inglés, Carlino y Boston Terrier. Los extremos derecho e izquierdo de la vértebra no se desarrollan correctamente produciendo un cuerpo vertebral en forma de mariposa; en ocasiones las dos mitades de la vértebra crecen de forma desigual generando un cuerpo vertebral en forma de cuña; según el lado hacia donde se dirija la parte gruesa de la cuña puede causar una curvatura dorsal (cifosis) o lateral (escoliosis) de la columna. Las vértebras de la cola atornillada son hemivértebras; lo que puede resultar deseable en la cola según el estándar de raza puede traer serias consecuencias en el resto de la columna.
Esta malformación tiene su origen en un problema en el desarrollo embrionario con base genética;  aunque no se conoce bien la causa, se sospecha que se debe a alteraciones vasculares  o a problemas de osificación, lo que origina un fallo en la formación simétrica de una o varias vértebras, normalmente torácicas. Como hemos indicado, puede mostrarse como una desviación de la columna o comprimir la médula espinal. En este 2º caso la solución suele ser la descompresión quirúrgica y la estabilización.
Los animales afectados pueden no mostrar síntomas (la mayoría se detectan de forma ocasional, por radiografías realizadas por otros problemas) y cuando se presentan se deben a la compresión de la médula espinal. Si más de una vértebra está afectada, aumenta la probabilidad de signos clínicos.
En los casos que muestran síntomas clínicos, éstos se desarrollan de forma temprana, y con frecuencia comienzan a raíz de algún pequeño traumatismo;  en la mayoría de los casos, los síntomas son similares a los producidos por un daño medular. Pueden afectar en mayor o menor grado a las extremidades posteriores, comenzando con debilidad y evolucionando hacia parálisis; otros síntomas son  dolor (que puede aumentar  durante la manipulación), y en casos muy avanzados incontinencia urinaria y fecal.
De forma preventiva debería hacerse una radiografía de la columna a la edad de 6 meses para evidenciar si existen hemivértebras, y lógicamente cuando exista algún pequeño síntoma de inestabilidad al andar; si hay evidencia de alguna hemivértebra deberemos realizar un plan preventivo de fisioterapia y ejercicio adecuado para evitar o reducir problemas de parálisis en el futuro. Hay que evitar carreras y giros  bruscos, saltos y ejercicios violentos, subir o bajar escaleras. Debemos caminar con nuestro perro por suelo blando como césped o tierra y favorecer el desarrollo de la musculatura de la espalda con ejercicios como la natación.
Es importante realizar programas de cría responsables; se debería evitar cruzar animales con el problema para reducir su incidencia y no perpetuarlo.

viernes, 7 de diciembre de 2012



Algunos propietarios de mascotas, especialmente los principiantes, poseen un conocimiento escaso o nulo de la anatomía y fisiología de su animal. Muchos no están preparados para reconocer signos tempranos de enfermedad en su perro o gato. Por ello, muchos trastornos médicos no son reconocidos de forma temprana, o se reconocen cuando la enfermedad ya está muy avanzada. Damos aquí unos sencillos consejos sobre detalles en los que todo propietario debería fijarse.

Comportamiento:
Los cambios sutiles en el comportamiento de la mascota pueden ser el primer signo de una enfermedad subyacente. Algunos de estos cambios son la reducción o ausencia de apetito, aumento en el consumo de agua, necesidad frecuente de orinar o defecar, agresividad inexplicada, desgana para jugar, permanecer menos tiempo de pie o, al contrario, no querer permanecer tumbado, lamido persistente de la piel (particularmente en una zona). Estos cambios justifican un examen físico completo y un perfil analítico.

Ojos:
La asimetría de los ojos y los párpados puede ser un signo de dolor o lesión, y es tan importante como las alteraciones en el color del ojo (cataratas, hemorragia intraocular) o la acumulación de secreciones mucosas.

Dientes y encías:
La relación entre halitosis y enfermedad dental es importante y puede pasarse por alto si no se examinan los dientes de forma regular. Se debe levantar periódicamente el labio del animal para examinar visualmente los dientes buscando evidencias de dientes dañados, pérdida de la horizontalidad de la encía o alteraciones en el color de los dientes. La halitosis también puede ser indicativo de otras patologías orgánicas.

Oídos:
La inclinación de cabeza, el rascado, el dolor a la manipulación de las orejas, el mal olor del oído, pueden indicarnos la existencia de una infección; la mayoría de propietarios acudirán al veterinario al notar alguno de estos síntomas; una inspección visual rutinaria del pabellón auditivo alertará precozmente de la existencia de secreciones en el oído que en ocasiones preceden al resto de los síntomas de infección. Se debe evitar la inserción de cualquier instrumento o fármaco dentro del oído del animal a menos que se haya prescrito específicamente.

Piel y pelo:
El examen de la piel es uno de los más importantes que el propietario puede realizar. La piel es el órgano más extenso del cuerpo y los trastornos serios pueden desarrollarse durante varias semanas o meses antes de que lleguen a ser muy evidentes para el propietario. Esto se cumple especialmente en animales de pelo largo. Además de recomendar un cepillado diario, beneficioso para todos los perros y gatos, y el baño rutinario, recomendamos palpar meticulosamente la piel y el pelo de forma sistemática. El propietario puede situarse de pie detrás del animal o sentarse con él encima en caso de mascotas de pequeño tamaño; empezará por la cabeza, palpando con la mano alrededor de cada oreja; continuará masajeando suavemente al animal palpando todo el cuerpo, incluidas las extremidades. De esta forma detectará de forma temprana cualquier nódulo o “bulto” en la piel de su mascota. Es conveniente ir “abriendo” el pelo del animal con los dedos o soplando para detectar descamaciones, pérdidas de densidad de pelo, manchas de piel, etc.

Instruir a los propietarios sobre cómo establecer unos hábitos y enseñarles a realizar un examen sencillo de su mascota conlleva una observación temprana de los posibles problemas de salud y una intervención precoz por parte de nosotros los veterinarios, lo que redunda en un gran beneficio sobre el animal.

jueves, 29 de noviembre de 2012






Gracias a unos mejores cuidados la esperanza de vida en los gatos ha aumentado de forma considerable. Actualmente la pregunta de cuánto puede llegar a vivir mi gato tendrá una respuesta de entre 15 y 20 años.


En los gatos los signos de envejecimiento se manifiestan lentamente, permitiendo que el gato viva un largo período de tiempo sin mostrar cambios físicos. Es por esto que los chequeos rutinarios nos pueden ayudar en el diagnóstico precoz de muchos problemas.


    La madurez provoca una pérdida progresiva de la capacidad de respuesta a enfermedades y factores ambientales. Los primeros cambios comienzan a los 7 años de edad del gato, ya que las células a partir de esta edad no se renuevan con la misma eficacia. Con la edad se producen cambios en el organismo y aumenta el riesgo de padecer algunas enfermedades.

    Al igual que en otras especies, los gatos mayores ven reducidas sus necesidades energéticas debido a una disminución de la masa muscular y un aumento de la masa grasa; sin embargo, a partir de los 10 años digieren peor las proteínas y las grasas, con lo que en los gatos muy mayores se reduce la prevalencia de la obesidad.  Es importante mantener un peso óptimo ya que la esperanza de vida de nuestro gato será menor si su peso está por encima o por debajo de su peso ideal.

    En los gatos mayores se produce una disminución de la motilidad intestinal, con lo que  existe mayor riesgo de estreñimiento.

    Tanto el cerebro como las células del sistema inmune son muy vulnerables al estrés oxidativo; con la edad, los mecanismos de defensa antioxidante del organismo son menos efectivos, lo que genera problemas cognitivos (desorientación, deposiciones en lugares inapropiados, pérdida de memoria, menor actividad…), disminución de reflejos y cierta reducción del sistema inmunitario. Los antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres, involucrados en el desarrollo de muchas enfermedades.

    La osteoartrosis y la enfermedad renal son problemas frecuentes en el gato mayor: el 90% de los mayores de 12 años presentan lesiones articulares degenerativas; más de un tercio de los gatos mayores de 15 años padece insuficiencia renal. Debemos ser especialmente cuidadosos al coger o “manipular” a los gatos mayores puesto que pueden estar molestos debido a algún problema articular. Otras enfermedades que también se diagnostican con frecuencia son las de origen hormonal, como la diabetes o el hipertiroidismo.

    Hay que prestar atención a la boca de nuestro gato, sobre todo si es un gato mayor. Muchos gatos mayores son propensos a la formación sarro, que además de causar halitosis puede producir gingivitis, pérdida de dientes e incluso enfermedades sistémicas. Los gatos con problemas dentales pueden mostrar anorexia.

    Además de proporcionar al gato mayor un alimento adaptado a sus necesidades, con un aporte energético y proteico adecuado para mantener peso y masa muscular en condiciones óptimas, con un nivel de fibra que facilite el tránsito intestinal, con un refuerzo en el nivel de antioxidantes, y con niveles adaptados de nutrientes destinados a luchar contra el deterioro renal, cognitivo y articular, deberemos tomar una serie de medidas para mejorar el bienestar del gato en nuestro hogar. Debemos favorecer un nivel de actividad que ayude a mantener el peso ideal y que estimule sus reflejos. Si observamos alguna dificultad de movimiento deberemos facilitar el acceso a las zonas elevadas con rampas o escaleras (o reducir la necesidad de acceder a dichas zonas), debemos facilitar el acceso a comida, agua y bandeja de arena (la bandeja deberá tener laterales bajos y poco espesor de arena). Muchos gatos prefieren dormir en zonas próximas a radiadores, con lo que podemos disponer una cama cómoda en esos lugares.

En el gato mayor debemos prestar especial atención a
·    una dieta equilibrada y adaptada a su edad que cuide
o   riñones y articulaciones (sin olvidar  el resto de sistemas orgánicos)
o   el peso corporal, con niveles óptimos de aminoácidos, proteínas y calorías
o   los niveles de fibra
o   los niveles de antioxidantes
· el bienestar en el hogar, facilitando la movilidad del gato y procurando su comodidad
· la salud dental

viernes, 23 de noviembre de 2012



La leucemia felina es una enfermedad producida por un retrovirus que origina tumores y suprime el sistema inmunitario del gato. El virus no afecta a otros animales domésticos ni a personas. Está presente en los líquidos corporales, especialmente en la saliva, y en la orina y las heces. Puede ser transmitido durante la gestación y a través de la leche materna. El virus se multiplica en la sangre del gato infectado; hay gatos que son capaces de vencer la infección durante sus  primeras fases, pero cuando el sistema inmunitario no puede erradicar el virus,  el animal queda infectado durante el resto de su vida; este gato enfermará y acabará muriendo meses o años después de sufrir la infección inicial.  





Algunos gatos, tras el contagio, permanecen como portadores del virus hasta que determinadas circunstancias como el estrés hacen que se desarrolle la enfermedad.




Un pequeño número de animales puede convertirse en portadores inmunizados, que no desarrolla la enfermedad pero es una fuente de infección para otros gatos.

La detección del virus se realiza por pruebas laboratoriales específicas.


¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?
 
Los síntomas pueden ser generales como fiebre, apatía, anorexia, adelgazamiento, pelo en mal estado, inflamación de ganglios linfáticos. La inmunosupresión favorece la aparición de infecciones secundarias bacterianas, virales, por hongos...con lo que se desarrollarán  síntomas debidos a infecciones en piel, vías respiratorias, sistema digestivo...También  pueden existir síntomas debidos al desarrollo de lesiones tumorales; estos síntomas dependerán del órgano afectado por el tumor (puede aparecer anemia, síntomas renales, alteraciones digestivas...). El tumor más frecuente es el linfosarcoma. 



¿TIENE TRATAMIENTO?

No hay un tratamiento eficaz frente al virus de la leucemia felina, de ahí la importancia de evitar el contagio de nuestro gato.

El tratamiento se basa en intentar mejorar la calidad de vida del animal infectado;  se intentarán corregir las infecciones secundarias que se desarrollen y estimular las defensas del animal. Se  aplicará quimioterapia y/o cirugía en función del tipo de tumor desarrollado y su localización.

Debemos intentar proteger al gato de posibles infecciones secundarias, y para ello es importante mantener al día las vacunas frente a peritonitis infecciosa, enfermedades respiratorias...


¿PODEMOS EVITAR EL CONTAGIO?


En la actualidad existen vacunas muy eficaces frente al virus de leucemia felina. Se necesitan 2 dosis espaciadas 3 semanas, seguidas por una dosis de recuerdo anual.





Si desconocemos si nuestro gato es portador del virus, es aconsejable descartar dicha posibilidad con un análisis de sangre antes de comenzar la vacunación, puesto que la vacuna apenas resulta eficaz en gatos previamente infectados.

martes, 20 de noviembre de 2012






Los perros de más de 5 años  de edad requieren una atención continuada para detectar signos anormales precoces. Cuanto antes los observemos, el tratamiento tendrá mayores garantías de éxito. Actualmente, el examen de la próstata por tacto rectal (valoración de tamaño, forma, dolor) debería formar parte del chequeo anual rutinario que se realiza a todos los perros mayores de cinco años.       
Incluso los perros sin síntomas aparentes pueden estar sufriendo molestias asociadas a un tamaño anormal de su próstata.   

  La próstata es una glándula sexual de los machos de los mamíferos situada alrededor de la uretra en la base de la vejiga de la orina ; segrega un líquido que forma parte del semen.

La sintomatología en las enfermedades de próstata es muy variada, y no siempre se presentan todos los signos clínicos que aquí se describen; generalmente los síntomas estarán relacionados con los efectos que produce el aumento de tamaño de la glándula y la presión que puede ejercer sobre órganos adyacentes:
Síntomas urinarios y reproductores: infertilidad, sangrado por el pene aunque el perro no esté orinando (podemos encontrar manchas de sangre donde duerme el perro), hematuria u orina con sangre (podemos encontrar los peros de la zona prepucial manchados), dificultad o dolor al orinar, y tanto incontinencia urinaria como imposibilidad para orinar debido a obstrucción uretral .
Síntomas digestivos: estreñimiento, tenesmo (esfuerzos constantes para defecar) dolor al defecar, u otros cambios como heces delgadas en forma de cinta o lápiz, o heces de menor tamaño.
Síntomas generales: fiebre, dolor abdominal, depresión o apatía, falta de apetito, pérdida de peso, cojera, vómitos.

La hiperplasia prostática benigna en los perros es el aumento del número y tamaño de las células epiteliales de la próstata. Puede aparecer a partir de los 2,5 años de edad, es la enfermedad prostática más común y casi el 100% de los perros no castrados la desarrollan al envejecer; la mayoría de los perros no presentan síntomas apreciables, y los que sí lo hacen pueden tener cualquiera de los anteriormente mencionados en función del grado de aumento de la próstata. En asociación con la hiperplasia pueden desarrollarse quistes llenos de líquido de tamaño variable en el interior de la glándula que en ocasiones pueden infectarse y transformarse en abscesos prostáticos, siendo este un problema mucho más complicado de tratar. También existen quistes paraprostáticos: uno o más sacos llenos de líquido adyacentes a la próstata y unidos a ella; estos quistes pueden tener  origen prostático o ser residuos del útero masculino que no han degenerado durante el desarrollo del feto; los síntomas dependerán del tamaño del quiste y de la posible invasión de uretra o colon; se recomienda su drenaje quirúrgico junto con la castración del animal.

La prostatitis aguda o crónica es un proceso inflamatorio de la próstata causado por infección bacteriana. Cuando la infección es grave se puede producir acúmulo de material purulento en el interior de la glándula que se encapsula dando lugar a uno o varios abscesos prostáticos. Las posibles vías de infección de la próstata son la uretral (a través de orina infectada), hematógena, a través del conducto deferente, o procedente de la flora rectal. La prostatitis aguda puede conducir a septicemia (diseminación bacteriana a través de la sangre), la cual puede ser responsable de la gravedad de los síntomas en esos casos. La prostatitis crónica puede conducir a la formación de abscesos, que si aumentan mucho de tamaño pueden llegar incluso a romperse y producir una peritonitis.

Los tumores de la próstata pueden ser primarios, o metástasis de tumores originados inicialmente en otro órgano. Generalmente son tumores malignos como el adenocarcinoma. Los tumores prostáticos tienden a difundirse a través de ganglios linfáticos hacia  pulmones, vértebras y otros huesos, por lo que están indicadas las radiografías torácicas y óseas para buscar lesiones tras el diagnóstico del tumor de próstata. Son más frecuentes a partir de los 9-10 años.










El diagnóstico de las enfermedades prostáticas puede incluir  exploración clínica,  radiografías simples y de contraste, ecografía (fundamental), analítica de sangre, de orina y/o de líquido prostático, o biopsia.




El tratamiento será médico (antibioterapia, bloqueantes hormonales en la hiperplasia benigna, antiinflamatorios, antitumorales; no se deben emplear ni compuestos estrogénicos ni progestágenos sintéticos ya que, aunque reducen el tamaño de la próstata, ni están autorizados en los perros ni se recomiendan debido a sus posibles efectos secundarios: supresión de la médula ósea, metaplasia prostática), quirúrgico (drenaje de quistes, prostatectomía) o combinación de ambos en función de la gravedad y tipo de problema. En la mayoría de los casos se recomienda la castración del animal como tratamiento auxiliar o incluso como tratamiento principal puesto que conduce a la reducción del tejido prostático hasta del 70%.

sábado, 17 de noviembre de 2012


Cuidados higiénicos y generales del cachorro

  


-ALIMENTACIÓN: Los requerimientos nutricionales de un perro son diferentes a los de una persona, y los de un cachorro son distintos a los de un animal adulto; por esto debemos alimentar a nuestro perrito con pienso para perros en crecimiento hasta el año de edad aproximadamente; controlar cantidad y calidad del alimento (recomendamos piensos de gama alta). Desde el destete y hasta que nuestro cachorro cumpla los 6 meses recibirá tres comidas diarias (si la edad es inferior al mes y medio, el número de tomas será superior); después suprimiremos progresivamente la comida del mediodía para mantener al animal con dos comidas diarias durante el resto de su vida.

-OÍDOS: Mantener el pabellón auditivo en buenas condiciones higiénicas es fundamental para la prevención de infecciones e inflamaciones (otitis). Para ello, procederemos a su limpieza mediante instilación de soluciones limpiadoras específicas cada 7-15 días en función de la raza y tipo de oreja del animal.

-OJOS: Debemos retirar las secreciones (“legañas”) cada vez que se formen, con toallitas específicas para perros (no usar nunca las toallitas de bebé, puesto que contienen jabones irritantes para el ojo), soluciones limpiadoras específicas para ojos o gasas impregnadas en suero fisiológico templado.

-PIEL Y PELO: Es conveniente bañar al animal aproximadamente una vez al mes (una vez que esté correctamente vacunado) con champú específico según el tipo de pelo (los champús de personas alteran el pH de la piel de nuestro perro y conducen a la aparición de dermatitis).
Los cepillados serán diarios o semanales según el tipo y longitud de pelo; emplearemos el tipo de cepillo conveniente a cada tipo de pelo para evitar los molestos e insalubres nudos.

-EDUCACIÓN BÁSICA: Enseñe a su cachorro desde el primer día todas aquellas pequeñas normas que  desee que el animal cumpla de adulto.
Hasta que su perrito pueda salir a la calle, acostúmbrele a “hacer sus cosas” siempre en el mismo lugar (puede usar papel de periódico como absorbente), premiándole con una caricia o una pequeña golosina de perro cuando lo haga debidamente (importante que el animal relacione causa-efecto por inmediatez entre evacuación y premio).




-DIENTES: Acostumbre a su mascota a recibir al menos un cepillado de dientes diario con pasta dental para perros (no hace espuma ni necesita enjuague), con lo que evitará o retrasará la aparición del temido sarro. Proporciónele juguetes especiales para el masaje de encías y la limpieza dental, ayudándole así a mantener una dentadura sana.

-VIAJES: Procure que su cachorro se acostumbre a viajar en coche haciendo pequeños recorridos en días alternos durante varias semanas, y aumentando la duración del trayecto progresivamente. Lleve con usted la manta o el juguete preferido de su perro. Utilice sistemas de fijación del petral al cinturón de seguridad, transportines o separadores para maletero homologados.

-ALOJAMIENTO: Su perro deberá tener su propia cama para descansar y dormir donde se sienta  cómodo y protegido, fuera de dormitorios y pasillos.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Tumores mamarios en perras y gatas

Los tumores de glándulas mamarias representan aproximadamente el 42% de la totalidad de las neoplasias en la perra; aproximadamente entre el 41-53 % de las neoplasias mamarias suelen ser malignas. 
El riesgo de padecer un tumor mamario aumenta con la edad de la perra (media 9 - 10 años). Se sabe que la castración o esterilización antes de los 2,5 años de edad es el único método eficaz en la prevención del desarrollo de neoplasias mamarias en la perra adulta. 
Habitualmente se ven afectadas con mayor frecuencia las glándulas mamarias caudales (hasta dos tercios de los tumores), siendo con frecuencia el número de glándulas afectadas mayor a uno; se puede presentar un tumor diferente en cada mama. 
La etiopatogenia de los tumores mamarios es multifactorial, y su desarrollo en gran medida es hormonodependiente. Se ha sugerido que frecuentes episodios de pseudogestación o "embarazo psicológico" en la perra podrían incrementar la aparición de lesiones preneoplásicas. La obesidad y la dieta rica en grasas en los primeros años de vida también se han asociado a un peor pronóstico e incremento del riesgo de padecer tumores mamarios.
Las gatas presentan una incidencia de cáncer mamario menor que las perras. Sin embargo los tumores mamarios en esta especie suelen ser más agresivos: al menos un 85 % de todos los tumores tienen características malignas.
Los tratamientos con progestágenos o con estrógenos aumentan el riesgo de aparición de tumores mamarios. 
El tratamiento de elección en todos los casos es la mastectomía (extirpación de la mama o mamas afectadas).
El diagnóstico definitivo del tipo de tumor se basa en el estudio histopatológico de la mama afectada tras su extirpación.
La utilización de quimioterapia como adyuvante en el cáncer mamario canino y felino ha demostrado prolongar el tiempo libre de enfermedad y la vida de nuestras mascotas de forma considerable y significativa. En las mascotas no se ven muchos de los efectos colaterales que se pueden observar en los humanos, como la caída masiva del pelo durante la quimioterapia; otros efectos secundarios como anorexia, vómitos o diarrea si bien no son tan frecuentes como en los humanos, sí pueden aparecer y deben intentar resolverse adecuadamente si se presentan.
Los tratamientos únicamente paliativos o “no hacer nada”, indefectiblemente llevan a un desenlace indeseable (la muerte del animal o su eutanasia humanitaria) en un periodo de tiempo más o menos corto según las características del tumor.
Una neoplasia mamaria, por pequeña que sea, si es maligna tiene el potencial y capacidad de metastatizar. Esta capacidad metastásica puede ser anulada o disminuida por los protocolos quimioterápicos. Las metástasis son desarrollos tumorales separados del tumor primario o inicial. La presencia de metástasis caracteriza de forma inequívoca a un tumor como maligno.
Existen más de 10 tipos diferentes de neoplasias mamarias malignas, cada una de ellas con comportamiento biológico y pronóstico independientes.