viernes, 28 de diciembre de 2012

Mitos o falsas creencias I


Es bueno que mi perro coma hierba, lo hace para "purgarse"...Falso. Los perros pueden comer hierba por juego, por llamar la atención, porque les gusta un determinado sabor...en cualquier caso el perro no digiere la hierba; le irritará el estómago y con mucha probabilidad podrá vomitar, que no es lo mismo que "purgarse" y en cualquier caso los vómitos no son algo deseable. Además muchas veces la hierba está tratada con abonos, pesticidas...que pueden provocar importantes intoxicaciones. Evita que tu perro tenga ese hábito.

Mi perro muerde la pared porque le faltan minerales...Y si le da por morder zapatillas o muebles, ¿qué nutriente le falta? Cuando ocurre esto hay que pensar que nos encontramos ante un trastorno del comportamiento, como una "manía", que deberemos corregir con pautas de modificación de conducta.

Los perros en los pueblos siempre han comido huesos y no les ha pasado nada...O no se enteraba nadie de que el perro lo pasaba fatal o se moría, o no les importaba, o sencillamente el Ángel de la Guarda Perruno hacía horas extra. El perro no digiere los huesos y son múltiples los problemas que le pueden ocasionar: astillas clavadas en garganta, gastroenteritis, obstrucciones digestivas, estreñimiento severo por impactación intestinal, perforaciones intestinales con peritonitis y muerte...Huesos no, por favor; es como jugar con un arma a la ruleta rusa.

No importa que mi mascota se lama la herida porque así se cura...Si bien es cierto que la saliva contiene ciertas proteínas antimicrobianas como la lisozima, también es vehículo de bacterias e incluso parásitos. Los hábitos higiénicos de los perros o los gatos no son siempre los más deseables (a veces consideran "comestibles" cosas que realmente ni se aproximan a serlo, como las heces de otros animales), además de que el roce persistente de una herida con la lengua no es lo más apropiado para su curación. Si queremos que una herida se cure lo antes posible, usemos el tratamiento prescrito por nuestro veterinario e impidamos su lamido.

Me da miedo esterilizar a mi mascota porque le cambiará el carácter...La esterilización de nuestro animal de compañía sólo le modificará la conducta en lo que a comportamiento sexual se refiere: en el caso de las hembras dejarán de tener celos (las gatas tienen celos más frecuentes y de mayor duración que las perras y todo el estrés que suponen desaparecerá tras la cirugía); los machos dejarán de "buscar" a las hembras cada vez que haya feromonas flotando en el aire...Está demostrado que la esterilización de perros y gatos aumenta su esperanza de vida al reducir la incidencia de determinadas enfermedades, elimina la ansiedad de los celos y puede hacer a tu mascota más sociable.

Todas las hembras deberían al menos tener una camada...¿Por qué? No hay relación entre gestación y lactación con una menor incidencia de patologías ni se relaciona tampoco con un mejor desarrollo psicológico de la hembra. Sin embargo sí existe relación entre esterilización temprana y menor desarrollo de tumores de mama. Si tu perra padece pseudogestaciones o "embarazos psicológicos" no desaparecerán con una gestación real sino con la esterilización. Vivir la gestación de tu mascota es una experiencia inolvidable que hay que planificar con sentido común. Resulta cruel dejar a una madre de golpe sin sus cachorros.

Continuará...




miércoles, 26 de diciembre de 2012



La Displasia de Cadera es una patología que preocupa a muchos propietarios de perros, sobre todo de razas grandes, por las graves consecuencias que conlleva en la movilidad de sus mascotas.


La Displasia de Cadera es una enfermedad articular que consiste en una conformación anormal de la articulación coxofemoral (articulación de la cadera).
Es una patología hereditaria pero no congénita. ¿Qué quiere decir esto? Significa que es una enfermedad que se transmite genéticamente de padres a hijos (hereditaria) pero que no se manifiesta en el momento del nacimiento (no es congénita); el cachorro nace con las caderas normales pero las anomalías aparecerán durante el crecimiento y desarrollo del perro.

Se desconoce la causa concreta que la produce pero lo que sí se sabe es que es una enfermedad multifactorial: hay diferentes elementos que influyen sobre su desarrollo. Estos factores pueden ser la alimentación (una dieta muy energética es perjudicial) y el ejercicio (la obesidad y el ejercicio exagerado no son deseados). Está asociada a desequilibrios entre el desarrollo de la musculatura y un crecimiento rápido del esqueleto.
En la displasia se produce una deformación de la cabeza del fémur y/o del acetábulo, la oquedad de la cadera donde articula la cabeza femoral, lo que conlleva a que no encajen perfectamente. Y esta imperfección articular es la causa del problema; la laxitud e inestabilidad de la articulación originará roces entre las estructuras óseas lo que desembocará con el tiempo en una degeneración articular, inflamación, lesiones de los cartílagos articulares, pequeñas fracturas óseas (osteofitos) y luxaciones (todos ellos procesos bastante dolorosos). Finalmente el perro padecerá artrosis (en mayor o menor medida) pudiendo comprometer la movilidad del animal  e incluso en casos graves desembocando en la tan dura decisión de eutanasiar al animal.
Contrariamente a lo que la mayoría de la gente cree, la displasia de cadera no solo la padecen las razas grandes como el San Bernardo, Rottweiler, Labrador Retriever, Pastor Alemán, Golden Retriever, Mastín etc..., sino que también se presenta (y cada vez más) en razas medianas como el Cocker o el Epagneul Bretón entre otros.

La sintomatología dependerá de la gravedad del proceso, edad y tamaño del perro. Los síntomas incluyen desde diversos grados de cojera hasta dificultad para moverse y sobre todo para levantarse; empeoran después del ejercicio y cuando el perro sobrecarga las extremidades posteriores (p. ej. al subir escaleras).

El diagnóstico se realiza mediante radiografía de cadera, bajo anestesia o sedación profunda. Esta radiografía diagnóstica se puede realizar a partir de los 6 meses de edad. Actualmente existe una técnica radiográfica llamada de distracción o Penn-Hip que adelanta la edad de diagnóstico a los 4 meses. Es importante saber que para realizar una radiografía de displasia de cadera no hay que esperar a que aparezcan los síntomas; puede hacerse para descartar la enfermedad.

En el Labrador desde las primeras semanas de vida disponemos además de otra técnica de diagnóstico. Esta tecnología permite, a partir de una simple muestra de sangre, obtener el ADN del perro y analizar los marcadores genéticos de interés asociados a Displasia de cadera, determinando así la predisposición genética de un Labrador Retriever de raza pura a desarrollar esta enfermedad. Con la información obtenida  se pueden identificar por un lado los perros con una alta probabilidad de estar libres de displasia de cadera (se les podrá seleccionar como reproductores), y por otro, los perros con una alta predisposición a desarrollar displasia. En este segundo caso podremos establecer un calendario óptimo de seguimiento que permita tomar medidas preventivas para retardar el progreso de la patología.


El tratamiento se debe evaluar en cada caso de forma individual, y dependerá de la gravedad de los síntomas, el grado de alteración radiográfica, la edad del animal, la raza y tamaño del perro y su estilo de vida. Con estos datos, podremos recomendar el tipo de tratamiento, que será médico, quirúrgico o una mezcla de ambos.
Actualmente disponemos de algunas “armas” para prevenir o minimizar los síntomas de la displasia, tales como condroprotectores (ayudan a proteger el cartílago articular de los microtraumatismos que se producen en una cadera displásica), piensos de gama alta (muy importante alimentar a nuestras mascotas con este tipo de piensos pues están formulados minuciosamente para aportar la cantidad de energía necesaria según la raza o tamaño del perro). También existen piensos ideados exclusivamente para  el tratamiento de esta patología o de cualquier otra patología articular.






sábado, 22 de diciembre de 2012



Desde el Ayuntamiento de Madrid nos ofrecen este sencillo cuestionario para reflexionar si realmente queremos o podemos tener un perro o si vamos a adquirir o adoptar uno simplemente por un capricho pasajero.

¿Es consciente de que el cachorro que ahora tiene en sus manos va a crecer, se hará adulto y le tendrá que educar y, quizás, ya no le resulte tan “mono”?
SI NO
¿Tiene suficiente tiempo libre para atenderle correctamente, sacarle a pasear, etc?
SI NO
¿Todos los miembros de su familia están de acuerdo en tener un animal en casa?
SI NO
¿Sabe que cuando llegan las vacaciones también hay que contar con el animal y, quizás, no pueda ir a sitios que antes podía?
SI NO
¿Es realmente consciente de la responsabilidad que asume, así como de que un animal necesita cuidados, que puede enfermar y necesitar atención veterinaria y que deberá asumir los costes que ello implica?
SI NO
SI SE HA RESPONDIDO “SI” A TODAS LAS CUESTIONES :
“ ENHORABUENA, VD PUEDE SER UN MAGNIFICO PROPIETARIO”
SI SE HA RESPONDIDO AL MENOS “NO” A UNA DE ELLAS, O HA TITUBEADO AL RESPONDER:
“ QUIZÁS EL MOMENTO ACTUAL NO ES EL MÁS ADECUADO PARA TENER UN ANIMAL, PIÉNSELO BIEN ANTES DE DECIDIRSE, TIENE QUE ESTAR COMPLETAMENTE SEGURO”

miércoles, 12 de diciembre de 2012


Una hemivértebra es una malformación congénita que afecta principalmente a razas pequeñas braquicéfalas como Bulldog Francés e inglés, Carlino y Boston Terrier. Los extremos derecho e izquierdo de la vértebra no se desarrollan correctamente produciendo un cuerpo vertebral en forma de mariposa; en ocasiones las dos mitades de la vértebra crecen de forma desigual generando un cuerpo vertebral en forma de cuña; según el lado hacia donde se dirija la parte gruesa de la cuña puede causar una curvatura dorsal (cifosis) o lateral (escoliosis) de la columna. Las vértebras de la cola atornillada son hemivértebras; lo que puede resultar deseable en la cola según el estándar de raza puede traer serias consecuencias en el resto de la columna.
Esta malformación tiene su origen en un problema en el desarrollo embrionario con base genética;  aunque no se conoce bien la causa, se sospecha que se debe a alteraciones vasculares  o a problemas de osificación, lo que origina un fallo en la formación simétrica de una o varias vértebras, normalmente torácicas. Como hemos indicado, puede mostrarse como una desviación de la columna o comprimir la médula espinal. En este 2º caso la solución suele ser la descompresión quirúrgica y la estabilización.
Los animales afectados pueden no mostrar síntomas (la mayoría se detectan de forma ocasional, por radiografías realizadas por otros problemas) y cuando se presentan se deben a la compresión de la médula espinal. Si más de una vértebra está afectada, aumenta la probabilidad de signos clínicos.
En los casos que muestran síntomas clínicos, éstos se desarrollan de forma temprana, y con frecuencia comienzan a raíz de algún pequeño traumatismo;  en la mayoría de los casos, los síntomas son similares a los producidos por un daño medular. Pueden afectar en mayor o menor grado a las extremidades posteriores, comenzando con debilidad y evolucionando hacia parálisis; otros síntomas son  dolor (que puede aumentar  durante la manipulación), y en casos muy avanzados incontinencia urinaria y fecal.
De forma preventiva debería hacerse una radiografía de la columna a la edad de 6 meses para evidenciar si existen hemivértebras, y lógicamente cuando exista algún pequeño síntoma de inestabilidad al andar; si hay evidencia de alguna hemivértebra deberemos realizar un plan preventivo de fisioterapia y ejercicio adecuado para evitar o reducir problemas de parálisis en el futuro. Hay que evitar carreras y giros  bruscos, saltos y ejercicios violentos, subir o bajar escaleras. Debemos caminar con nuestro perro por suelo blando como césped o tierra y favorecer el desarrollo de la musculatura de la espalda con ejercicios como la natación.
Es importante realizar programas de cría responsables; se debería evitar cruzar animales con el problema para reducir su incidencia y no perpetuarlo.

viernes, 7 de diciembre de 2012



Algunos propietarios de mascotas, especialmente los principiantes, poseen un conocimiento escaso o nulo de la anatomía y fisiología de su animal. Muchos no están preparados para reconocer signos tempranos de enfermedad en su perro o gato. Por ello, muchos trastornos médicos no son reconocidos de forma temprana, o se reconocen cuando la enfermedad ya está muy avanzada. Damos aquí unos sencillos consejos sobre detalles en los que todo propietario debería fijarse.

Comportamiento:
Los cambios sutiles en el comportamiento de la mascota pueden ser el primer signo de una enfermedad subyacente. Algunos de estos cambios son la reducción o ausencia de apetito, aumento en el consumo de agua, necesidad frecuente de orinar o defecar, agresividad inexplicada, desgana para jugar, permanecer menos tiempo de pie o, al contrario, no querer permanecer tumbado, lamido persistente de la piel (particularmente en una zona). Estos cambios justifican un examen físico completo y un perfil analítico.

Ojos:
La asimetría de los ojos y los párpados puede ser un signo de dolor o lesión, y es tan importante como las alteraciones en el color del ojo (cataratas, hemorragia intraocular) o la acumulación de secreciones mucosas.

Dientes y encías:
La relación entre halitosis y enfermedad dental es importante y puede pasarse por alto si no se examinan los dientes de forma regular. Se debe levantar periódicamente el labio del animal para examinar visualmente los dientes buscando evidencias de dientes dañados, pérdida de la horizontalidad de la encía o alteraciones en el color de los dientes. La halitosis también puede ser indicativo de otras patologías orgánicas.

Oídos:
La inclinación de cabeza, el rascado, el dolor a la manipulación de las orejas, el mal olor del oído, pueden indicarnos la existencia de una infección; la mayoría de propietarios acudirán al veterinario al notar alguno de estos síntomas; una inspección visual rutinaria del pabellón auditivo alertará precozmente de la existencia de secreciones en el oído que en ocasiones preceden al resto de los síntomas de infección. Se debe evitar la inserción de cualquier instrumento o fármaco dentro del oído del animal a menos que se haya prescrito específicamente.

Piel y pelo:
El examen de la piel es uno de los más importantes que el propietario puede realizar. La piel es el órgano más extenso del cuerpo y los trastornos serios pueden desarrollarse durante varias semanas o meses antes de que lleguen a ser muy evidentes para el propietario. Esto se cumple especialmente en animales de pelo largo. Además de recomendar un cepillado diario, beneficioso para todos los perros y gatos, y el baño rutinario, recomendamos palpar meticulosamente la piel y el pelo de forma sistemática. El propietario puede situarse de pie detrás del animal o sentarse con él encima en caso de mascotas de pequeño tamaño; empezará por la cabeza, palpando con la mano alrededor de cada oreja; continuará masajeando suavemente al animal palpando todo el cuerpo, incluidas las extremidades. De esta forma detectará de forma temprana cualquier nódulo o “bulto” en la piel de su mascota. Es conveniente ir “abriendo” el pelo del animal con los dedos o soplando para detectar descamaciones, pérdidas de densidad de pelo, manchas de piel, etc.

Instruir a los propietarios sobre cómo establecer unos hábitos y enseñarles a realizar un examen sencillo de su mascota conlleva una observación temprana de los posibles problemas de salud y una intervención precoz por parte de nosotros los veterinarios, lo que redunda en un gran beneficio sobre el animal.