Algunos propietarios de mascotas, especialmente
los principiantes, poseen un conocimiento escaso o nulo de la anatomía y
fisiología de su animal. Muchos no están preparados para reconocer signos
tempranos de enfermedad en su perro o gato. Por ello, muchos trastornos médicos
no son reconocidos de forma temprana, o se reconocen cuando la enfermedad ya
está muy avanzada. Damos aquí unos sencillos consejos sobre detalles en los que
todo propietario debería fijarse.
Comportamiento:
Los cambios sutiles en el comportamiento de la mascota pueden
ser el primer signo de una enfermedad subyacente. Algunos de estos cambios son
la reducción o ausencia de apetito, aumento en el consumo de agua, necesidad
frecuente de orinar o defecar, agresividad inexplicada, desgana para jugar,
permanecer menos tiempo de pie o, al contrario, no querer permanecer tumbado,
lamido persistente de la piel (particularmente en una zona). Estos cambios
justifican un examen físico completo y un perfil analítico.
Ojos:
La asimetría de los ojos y los párpados puede ser un signo de
dolor o lesión, y es tan importante como las alteraciones en el color del ojo
(cataratas, hemorragia intraocular) o la acumulación de secreciones mucosas.
Dientes y encías:
La relación entre halitosis y enfermedad dental es importante
y puede pasarse por alto si no se examinan los dientes de forma regular. Se
debe levantar periódicamente el labio del animal para examinar visualmente los
dientes buscando evidencias de dientes dañados, pérdida de la horizontalidad de
la encía o alteraciones en el color de los dientes. La halitosis también puede
ser indicativo de otras patologías orgánicas.
Oídos:
La inclinación de cabeza, el rascado, el dolor a la
manipulación de las orejas, el mal olor del oído, pueden indicarnos la
existencia de una infección; la mayoría de propietarios acudirán al veterinario
al notar alguno de estos síntomas; una inspección visual rutinaria del pabellón
auditivo alertará precozmente de la existencia de secreciones en el oído que en
ocasiones preceden al resto de los síntomas de infección. Se debe evitar la
inserción de cualquier instrumento o fármaco dentro del oído del animal a menos
que se haya prescrito específicamente.
Piel y pelo:
El examen de la piel es uno de los más importantes que el
propietario puede realizar. La piel es el órgano más extenso del cuerpo y los
trastornos serios pueden desarrollarse durante varias semanas o meses antes de
que lleguen a ser muy evidentes para el propietario. Esto se cumple
especialmente en animales de pelo largo. Además de recomendar un cepillado diario,
beneficioso para todos los perros y gatos, y el baño rutinario, recomendamos
palpar meticulosamente la piel y el pelo de forma sistemática. El propietario
puede situarse de pie detrás del animal o sentarse con él encima en caso de
mascotas de pequeño tamaño; empezará por la cabeza, palpando con la mano
alrededor de cada oreja; continuará masajeando suavemente al animal palpando
todo el cuerpo, incluidas las extremidades. De esta forma detectará de forma
temprana cualquier nódulo o “bulto” en la piel de su mascota. Es conveniente ir
“abriendo” el pelo del animal con los dedos o soplando para detectar
descamaciones, pérdidas de densidad de pelo, manchas de piel, etc.
Instruir a los propietarios sobre cómo establecer unos
hábitos y enseñarles a realizar un examen sencillo de su mascota conlleva una
observación temprana de los posibles problemas de salud y una intervención precoz
por parte de nosotros los veterinarios, lo que redunda en un gran beneficio
sobre el animal.
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