viernes, 7 de diciembre de 2012



Algunos propietarios de mascotas, especialmente los principiantes, poseen un conocimiento escaso o nulo de la anatomía y fisiología de su animal. Muchos no están preparados para reconocer signos tempranos de enfermedad en su perro o gato. Por ello, muchos trastornos médicos no son reconocidos de forma temprana, o se reconocen cuando la enfermedad ya está muy avanzada. Damos aquí unos sencillos consejos sobre detalles en los que todo propietario debería fijarse.

Comportamiento:
Los cambios sutiles en el comportamiento de la mascota pueden ser el primer signo de una enfermedad subyacente. Algunos de estos cambios son la reducción o ausencia de apetito, aumento en el consumo de agua, necesidad frecuente de orinar o defecar, agresividad inexplicada, desgana para jugar, permanecer menos tiempo de pie o, al contrario, no querer permanecer tumbado, lamido persistente de la piel (particularmente en una zona). Estos cambios justifican un examen físico completo y un perfil analítico.

Ojos:
La asimetría de los ojos y los párpados puede ser un signo de dolor o lesión, y es tan importante como las alteraciones en el color del ojo (cataratas, hemorragia intraocular) o la acumulación de secreciones mucosas.

Dientes y encías:
La relación entre halitosis y enfermedad dental es importante y puede pasarse por alto si no se examinan los dientes de forma regular. Se debe levantar periódicamente el labio del animal para examinar visualmente los dientes buscando evidencias de dientes dañados, pérdida de la horizontalidad de la encía o alteraciones en el color de los dientes. La halitosis también puede ser indicativo de otras patologías orgánicas.

Oídos:
La inclinación de cabeza, el rascado, el dolor a la manipulación de las orejas, el mal olor del oído, pueden indicarnos la existencia de una infección; la mayoría de propietarios acudirán al veterinario al notar alguno de estos síntomas; una inspección visual rutinaria del pabellón auditivo alertará precozmente de la existencia de secreciones en el oído que en ocasiones preceden al resto de los síntomas de infección. Se debe evitar la inserción de cualquier instrumento o fármaco dentro del oído del animal a menos que se haya prescrito específicamente.

Piel y pelo:
El examen de la piel es uno de los más importantes que el propietario puede realizar. La piel es el órgano más extenso del cuerpo y los trastornos serios pueden desarrollarse durante varias semanas o meses antes de que lleguen a ser muy evidentes para el propietario. Esto se cumple especialmente en animales de pelo largo. Además de recomendar un cepillado diario, beneficioso para todos los perros y gatos, y el baño rutinario, recomendamos palpar meticulosamente la piel y el pelo de forma sistemática. El propietario puede situarse de pie detrás del animal o sentarse con él encima en caso de mascotas de pequeño tamaño; empezará por la cabeza, palpando con la mano alrededor de cada oreja; continuará masajeando suavemente al animal palpando todo el cuerpo, incluidas las extremidades. De esta forma detectará de forma temprana cualquier nódulo o “bulto” en la piel de su mascota. Es conveniente ir “abriendo” el pelo del animal con los dedos o soplando para detectar descamaciones, pérdidas de densidad de pelo, manchas de piel, etc.

Instruir a los propietarios sobre cómo establecer unos hábitos y enseñarles a realizar un examen sencillo de su mascota conlleva una observación temprana de los posibles problemas de salud y una intervención precoz por parte de nosotros los veterinarios, lo que redunda en un gran beneficio sobre el animal.

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