viernes, 23 de noviembre de 2012



La leucemia felina es una enfermedad producida por un retrovirus que origina tumores y suprime el sistema inmunitario del gato. El virus no afecta a otros animales domésticos ni a personas. Está presente en los líquidos corporales, especialmente en la saliva, y en la orina y las heces. Puede ser transmitido durante la gestación y a través de la leche materna. El virus se multiplica en la sangre del gato infectado; hay gatos que son capaces de vencer la infección durante sus  primeras fases, pero cuando el sistema inmunitario no puede erradicar el virus,  el animal queda infectado durante el resto de su vida; este gato enfermará y acabará muriendo meses o años después de sufrir la infección inicial.  





Algunos gatos, tras el contagio, permanecen como portadores del virus hasta que determinadas circunstancias como el estrés hacen que se desarrolle la enfermedad.




Un pequeño número de animales puede convertirse en portadores inmunizados, que no desarrolla la enfermedad pero es una fuente de infección para otros gatos.

La detección del virus se realiza por pruebas laboratoriales específicas.


¿CUÁLES SON SUS SÍNTOMAS?
 
Los síntomas pueden ser generales como fiebre, apatía, anorexia, adelgazamiento, pelo en mal estado, inflamación de ganglios linfáticos. La inmunosupresión favorece la aparición de infecciones secundarias bacterianas, virales, por hongos...con lo que se desarrollarán  síntomas debidos a infecciones en piel, vías respiratorias, sistema digestivo...También  pueden existir síntomas debidos al desarrollo de lesiones tumorales; estos síntomas dependerán del órgano afectado por el tumor (puede aparecer anemia, síntomas renales, alteraciones digestivas...). El tumor más frecuente es el linfosarcoma. 



¿TIENE TRATAMIENTO?

No hay un tratamiento eficaz frente al virus de la leucemia felina, de ahí la importancia de evitar el contagio de nuestro gato.

El tratamiento se basa en intentar mejorar la calidad de vida del animal infectado;  se intentarán corregir las infecciones secundarias que se desarrollen y estimular las defensas del animal. Se  aplicará quimioterapia y/o cirugía en función del tipo de tumor desarrollado y su localización.

Debemos intentar proteger al gato de posibles infecciones secundarias, y para ello es importante mantener al día las vacunas frente a peritonitis infecciosa, enfermedades respiratorias...


¿PODEMOS EVITAR EL CONTAGIO?


En la actualidad existen vacunas muy eficaces frente al virus de leucemia felina. Se necesitan 2 dosis espaciadas 3 semanas, seguidas por una dosis de recuerdo anual.





Si desconocemos si nuestro gato es portador del virus, es aconsejable descartar dicha posibilidad con un análisis de sangre antes de comenzar la vacunación, puesto que la vacuna apenas resulta eficaz en gatos previamente infectados.

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