viernes, 16 de noviembre de 2012

Tumores mamarios en perras y gatas

Los tumores de glándulas mamarias representan aproximadamente el 42% de la totalidad de las neoplasias en la perra; aproximadamente entre el 41-53 % de las neoplasias mamarias suelen ser malignas. 
El riesgo de padecer un tumor mamario aumenta con la edad de la perra (media 9 - 10 años). Se sabe que la castración o esterilización antes de los 2,5 años de edad es el único método eficaz en la prevención del desarrollo de neoplasias mamarias en la perra adulta. 
Habitualmente se ven afectadas con mayor frecuencia las glándulas mamarias caudales (hasta dos tercios de los tumores), siendo con frecuencia el número de glándulas afectadas mayor a uno; se puede presentar un tumor diferente en cada mama. 
La etiopatogenia de los tumores mamarios es multifactorial, y su desarrollo en gran medida es hormonodependiente. Se ha sugerido que frecuentes episodios de pseudogestación o "embarazo psicológico" en la perra podrían incrementar la aparición de lesiones preneoplásicas. La obesidad y la dieta rica en grasas en los primeros años de vida también se han asociado a un peor pronóstico e incremento del riesgo de padecer tumores mamarios.
Las gatas presentan una incidencia de cáncer mamario menor que las perras. Sin embargo los tumores mamarios en esta especie suelen ser más agresivos: al menos un 85 % de todos los tumores tienen características malignas.
Los tratamientos con progestágenos o con estrógenos aumentan el riesgo de aparición de tumores mamarios. 
El tratamiento de elección en todos los casos es la mastectomía (extirpación de la mama o mamas afectadas).
El diagnóstico definitivo del tipo de tumor se basa en el estudio histopatológico de la mama afectada tras su extirpación.
La utilización de quimioterapia como adyuvante en el cáncer mamario canino y felino ha demostrado prolongar el tiempo libre de enfermedad y la vida de nuestras mascotas de forma considerable y significativa. En las mascotas no se ven muchos de los efectos colaterales que se pueden observar en los humanos, como la caída masiva del pelo durante la quimioterapia; otros efectos secundarios como anorexia, vómitos o diarrea si bien no son tan frecuentes como en los humanos, sí pueden aparecer y deben intentar resolverse adecuadamente si se presentan.
Los tratamientos únicamente paliativos o “no hacer nada”, indefectiblemente llevan a un desenlace indeseable (la muerte del animal o su eutanasia humanitaria) en un periodo de tiempo más o menos corto según las características del tumor.
Una neoplasia mamaria, por pequeña que sea, si es maligna tiene el potencial y capacidad de metastatizar. Esta capacidad metastásica puede ser anulada o disminuida por los protocolos quimioterápicos. Las metástasis son desarrollos tumorales separados del tumor primario o inicial. La presencia de metástasis caracteriza de forma inequívoca a un tumor como maligno.
Existen más de 10 tipos diferentes de neoplasias mamarias malignas, cada una de ellas con comportamiento biológico y pronóstico independientes. 

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